sábado, 4 de junio de 2011

CURIOSIDADES DE TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA (CT Curiosities) By luis mazas artasona. Junio 2011.


No todas las imágenes que se generan mediante las distintas modalidades de Diagnóstico por Imagen reflejan las miserias internas del cuerpo humano. La mayoría permiten comprobar la normalidad de las estructuras anatómicas, lo cual produce una sensación de alivio en el explorador. Algunas veces las imágenes que aparecen en la pantalla del monitor despiertan una sonrisa inesperada en la cara del Técnico que las está examinando, porque son curiosas y hasta graciosas. En ocasiones, y a primera vista provocan, un cierto asombro obligando a nuestras las neuronas a buscar en los archivos cerebrales imágenes parecidas que nos puedan aportar algo de luz. ¿Qué será eso que lleva esta persona en la cabeza?
                      


El caso que presentamos corresponde a una niña de cinco años que había sufrido un traumatismo craneo-encefálico al caerse de su bicicleta. En el Hospital se le realizó una exploración de Tomografía Computarizada (TAC) para descartar que tuviera lesiones intracraneales. Las primeras imágenes reconstruidas con ventana de partes blandas no mostraron ningún hallazgo de interés. El parénquima encefálico se apreciaba con normalidad y no se habían producido focos de hemorragia postraumáticos (Figura 1).


FIGURA 1) Imagen de TC cráneo-encefálica reconstrucida con "ventana de partes blandas" (WL +35 WW 60). No se apreciaron alteraciones patológicas de interés.

Un instante después, cuando el Técnico modificó la ventana de visulización (WW y WL) para examinar la integridad del cráneo, se quedó sorprendido. ¿Que eran esas pequeñas motitas grises que rodeaban el cráneo y no se habían visto en las imágenes preliminares? (Figura 2).


 FIGURA 2) Al examinar los cortes con "ventana de hueso" (WL +700, WW 1750) apareció una insospechada corona de pequeños objetos grises que produjeron cierta confusión. Se parecían a los pequeños cristales que se clavan debajo de la piel de algunos accidentados. Pero, había tantos....que no podía ser eso.

¿Qué eran esos objetos indeterminados que parecían incrustarse en el cuero cabelludo de la niña? Nada importante, las trencitas que le había hecho su madre, según la costumbre de Senegal de donde eran originarios los padres (Figura 3).



FIGURA 3) Al examinar la cabeza de la niña, el enigma se descifró instantáneamente. Esas imágenes que habían despertado nuestra curiosidad, por ser infrecuentes, eran sus trencitas del pelo, cortadas por la cuchilla invisible del Escáner de TAC. Problema solucionado. No siempre sucede así de fácil.



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