En nuestra profesión el lenguaje que se utiliza debe ser muy preciso para que no se produzcan malentendidos. Pero parece como si la tendencia dominante fuera la contraria: recibimos muchos volantes con letras ilegibles y peticiones poco concretas. La incorrecta utilización de algunos términos médicos puede no tener importancia de cara al trabajo cotidiano pero denota cierta negligencia o ignorancia en quienes los utilizan. Por ejemplo uno de los errores más comunes que se obervan en las peticiones de Tomografía Computarizada o Tomografía por Resonancia Magnética, de la cabeza, se deben al conocimiento impreciso de las estructuras anatómicas que la componen.
Habitualmente la mayoría de las peticiones enviadas a la sección de Neurorradiología vienen especificadas como Tomografia Computarizada Cerebral o Tomografía Computarizada Craneal. Estos términos serían correctos si sólo nos limitásemos a explorar el cerebro, o el cráneo excluyendo a todo lo demás. Pero si nos ceñimos exclusivamente al significado estricto de las palabras, una TC craneal debiera prestar atención exclusivamente a los huesos del cráneo.
Figura 1) Topograma estándar, en proyección lateral, para realizar una adquisición de TAC Craneoencefálica.
Dentro del estuche óseo que forman los huesos del cráneo se encuentra el encéfalo que, a su vez, está constituido por el cerebro, el tronco del encéfalo y el cerebelo. Son estructuras anatómicas con unas funciones distintas pero interrelacionadas entre sí de tal forma, que no pueden ser exploradas por separado. Por eso, la denominación, Tomografía Computarizada Craneoencefálica abarca, el cráneo, el cerebro, el cerebelo y el trónco del encéfalo, sin excluir a ninguno. Parecen los términos más adecuados para solicitar exploraciones de la cabeza, en general.
Porque si la solicitud indica TC cerebral, se podría seguir al pie de la letra, con un poco de mala fe, y abarcar desde la tienda del cerebelo hasta la convexidad de los hemisferios cerebrales. La exploración resultaría incompleta pero el médico peticionario no podría alegar que no se han seguido sus instruccciones (Figura 2).
FIGURA 2) Imagen axial de Tomografía Computarizada donde sólo aparecen los dos hemisferios cerebrales. Ésta sí que podría ser una TC cerebral exclusivamenente. Si sólo se hiciera así se perderían muchos detalles del hueso del cráneo y de la prominencia ósea frontal.
FIGURA 3) AL cambiar las cifras del centro de ventana (WL) y de la amplitud WW, destaca el hueso del cráneo pero se pierde el contenido intracraneal. Ésta imagen corresponde exclusivamente a una TC craneal.
FIGURA 4) Un corte más caudal del mismo paciente abarca el cráneo, parte del cerebro, el cerebelo y el tronco del encéfalo. Por tanto, los términos Tomografía Computarizada craneoencefálica definen mejor al conjunto, e intentaremos evitar los incorrectos TC Craneal y TC Cerebral.
Hospital Universitario Miguel Servet (HUMS) Zaragoza.Spaiñ.
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