En este mismo lugar se ha aconsejado la necesidad de realizar las exploraciones de Tomografía Computarizada de aquellas personas que padecen cualquier tipo de enfermedad neoplásica, por duplicado. Es decir, primero, una adquisición secuencial sin contraste farmacológico, con cortes de cinco a ocho milímetros de grosor y otra segunda después de administrar una cierta cantidad de contraste yodado endovenoso, en una dosis proporcional al peso de ese paciente. Con este protocolo aumenta notablemente la sensibildad de la exploración de forma que es posible detectar pequeñas metastásis encefálicas que podrían pasar desapercibidas, si sólo se hiciera una adquisición sin contraste.
Ahora bien, algunos tumores no metastatizan en el parénquima encefálico, pero sí lo hacen en los huesos del cráneo. Eso no supone mayor problema porque el hueso se puede examinar fácilmente tan sólo con modificar el nivel y la amplitud de ventana, pero esta técnica es poco fiable. Afortunadamente los sistemas informáticos de los modernos aparatos helicoidales están dotados de filtros específico que permiten mejorar la calidad de las imágenes y representar el más pequeño detalle de la estructutura trabecular del hueso. Estos filtros, se conocen con nombres distintos, (H 70 Siemens) (Osteo Toshiba) (Bone Plus GE Healthcare), pero los resultados son los mismos. Las imágenes se reconstruyen con un procedimiento de postprocesado automático, cuando el paciente ya no está en la sala y no suponen aumento de la dosis de radiación.
FIGURA 1) Recreación figurada del díploe craneal con metástasis.