En 1851, Augustus Volney Waller, describió la degeneración de las fibras nerviosas, fruto de sus investigaciones en el campo de la Neurofisiología. En sus experimentos con animales, constató que al cortar un nervio, en el extremo distal seccionado se producía una degeneración anterograda del axón y de la vaina de mielina. Concluyó que el segmento cortado perdía el aporte nutricio proveniente de la neurona de la cual dependía y, por ese motivo, se iba degenerando progresivamente. En su honor, se llamó Degeneración Walleriana a este fenómeno fisiopatológico, característico de las fibras nerviosas (Figura 1).
El descubrimiento de Waller fue corroborado posteriormente y se demuestra de manera cotidiana, en las imágenes de TC e IRM realizadas en pacientes que han sufrido lesiones cerebrales graves o extensas como la Eslclerosis Lateral Amiotrófica, infartos, traumatismos, hemorragias y cualquier proceso patológico que produzca lesiones importantes en el parénquima cerebral.
Desde el punto de vista práctico, descubrir que un paciente con un infarto ha sufrido una importante degeneracion walleriana en los haces corticoespinales, no tiene mayor importancia, pero resulta satisfactorio comprobar que Waller no se equivocó hace tantos años y explica de una manera evidente el mecanismo fisiopatológico que produce, por ejemplo, la atrofia del cuerpo calloso.
A continuación presentamos algunas imágenes de TC e IRM donde se aprecian las distintas formas como se representa la Degeneración Walleriana.
FIGURA 1) Representación esquemática figurada de la degeneración walleriana. Tras la muerte neuronal, por cualquier problema patológico, se produce la degeneración anterógrada del axón y de la vaina de mielina. Es un mecanismo lento y progresivo que culmina con la destrucción total de la fibra en varios meses.
Key Words: Wallerian Degeneration. Encephalomalacia.